Análisis de ciclo de vida (ACV)
El análisis de ciclo de vida (ACV) es el análisis metodológico de los efectos ambientales de los productos en particular (aunque también de procesos y servicios). Normalmente, tiene en cuenta el ciclo de vida completo, desde la producción y el uso hasta la eliminación, así como los procesos upstream y downstream asociados (p. ej., la extracción de materias primas o la fabricación de productos intermedios). Así pues, el ACV es un proceso para analizar y evaluar los productos o procesos en términos de su impacto ambiental. Los cálculos utilizando GEMIS (Modelo de emisiones globales para sistemas integrados) se consideran la norma en los análisis de ciclo de vida contemporáneos. GEMIS es un modelo de análisis de ciclo de vida y de flujo de material que es público y gratuito y que también incluye una amplia base de datos de vectores energéticos, materiales y procesos de energía y materiales.
El análisis de ciclo de vida de los combustibles debería tener en cuenta los procesos de extracción de materiales y procesamiento de materias primas, por una parte, y la contaminación ambiental producida por la combustión, por otra.
La evaluación más sencilla es la del impacto ambiental de la combustión. Las emisiones de dióxido de carbono se calculan por pura estequiometría de la química del combustible: Un litro de diésel produce unos 2,6 kilogramos de dióxido de carbono durante la combustión; un litro de gasolina produce 2,3 kilogramos de dióxido de carbono. Otras emisiones surgen principalmente de la calidad del combustible (p. ej., el contenido en azufre) o los parámetros del proceso de combustión (en particular, la producción de óxidos de nitrógeno).
La evaluación de los combustibles en relación con su impacto ambiental upstream es más compleja. Especialmente en el caso de los biocombustibles para generar movimiento, este cálculo solo puede llevarse a cabo si se plantea un cierto número de suposiciones. Por ejemplo, el uso previo de la tierra en la que se produce la bioenergía desempeña un papel fundamental en el ACV. Este concepto se conoce como cambio indirecto del uso de la tierra (ILUC). Pongamos un ejemplo: las plantas para combustible se están cultivando en una tierra que anteriormente se había utilizado para otros cultivos. Si se busca tierra nueva para esto, puede estar sustituyendo a un bosque o tierra en barbecho. Al convertir estos hábitats naturales en tierra cultivable, las emisiones de gases de efecto invernadero que se producirán se atribuirán lógicamente al biocombustible.
Tampoco es fácil analizar la energía del proceso necesaria para producir este combustible. Por ejemplo, la producción de biodiésel genera glicerina como subproducto. Si se consigue encontrar un uso a esta sustancia como materia prima en el mercado, a la producción de biodiésel se descontaría la cantidad de energía que ya no es necesario utilizar para producir glicerina. Sin embargo, en el momento en el que el mercado ya no pueda absorber la producción de glicerina, este descuento desaparecerá. Por eso, el análisis de ciclo de vida no depende únicamente de los aspectos científicos y técnicos.
El ACV, según las normas ISO 14040 y 14044, es un procedimiento de normalización internacional para evaluar y analizar el impacto medioambiental "de principio a fin". La norma DIN EN ISO 14040 ("Gestión ambiental - Análisis de ciclo de vida - Principios y marco") establece los principios y condiciones necesarios para la creación de análisis de ciclo de vida de los productos. La norma DIN EN ISO 14044 ("Gestión ambiental - Análisis de ciclo de vida - Requisitos y directrices") contiene detalles relativos a los requisitos y las instrucciones. Sin embargo, cuando se llevan a cabo ACV en las compañías, no hay un único método prescrito, sino innumerables métodos que pueden utilizarse, por ejemplo, análisis ABC, huella de gases de efecto invernadero, índice de proceso sostenible (SPI), método CML, indicadores de impacto UBA, Eco-Indicador 99 y muchos más. Muchos de los métodos aplican indicadores diferentes.
En consecuencia, los análisis de ciclo de vida publicados por los diferentes protagonistas de los productos, procesos y servicios, en relación con los biocombustibles, por ejemplo, varían. Sin embargo, con el fin de normalizar la evaluación de los biocombustibles a escala europea, se han definido los valores estándar para biocombustibles producidos en Europa, al menos en lo que respecta a emisiones de gases de efecto invernadero. Para cumplir la Directiva sobre la calidad del combustible (Directiva 2009/30/CE), los biocombustibles deben alcanzar reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 35% en relación con los combustibles fósiles. Este valor aumenta al 50% en 2017.
En el Grupo Marquard & Bahls, los aspectos ambientales son una parte fundamental de sus prácticas de Salud, Seguridad, Seguridad Patrimonial y Medio Ambiente y del sistema de gestión de la sostenibilidad. El objetivo es reducir el impacto directo e indirecto en el medio ambiente y mejorar los análisis de ciclo de vida de nuestros servicios. Para obtener cifras detalladas, puede consultar el Informe anual de sostenibilidad de Marquard & Bahls (en inglés; véase Publicaciones > Publicaciones y descargas > Informe de sostenibilidad).
Última actualización: Diciembre 2015
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