Biocombustibles para generar movimiento
Un biocombustible es un producto líquido, sólido o gaseoso que se utiliza para generar calor, en los sectores de generación de calor y electricidad, o movimiento, en el sector de la movilidad. En este artículo del glosario, nos estamos refiriendo a los biocombustibles que se utilizan para generar movimiento. Para ver una descripción de los biocombustibles para generar calor o electricidad, consulte el artículo correspondiente del glosario.
Los biocombustibles para generar movimiento (biocombustibles para automoción) son combustibles líquidos o gaseosos utilizados en los motores de combustión y producidos a partir de biomasa. Para su obtención, se pueden utilizar aceites vegetales, cereales, caña de azúcar, madera y desechos orgánicos. Los biocombustibles se clasifican en primera y segunda generación, además de la tercera generación, de la que ya se empieza a hablar, que hace referencia a los combustibles obtenidos a partir de algas.
En el caso de los combustibles de primera generación solo se utiliza una parte de la planta. Incluyen especialmente los aceites vegetales/comestibles, que pueden utilizarse refinados o sin refinar en los motores de combustión. En Alemania, se utiliza principalmente el aceite de colza (canola). Este biocombustible es especialmente popular en agricultura y en las zonas rurales. En la última década, el "Programa Tractor 100", un proyecto de demostración que transformaba tractores para que funcionaran con aceite vegetal puro, acaparó mucha atención.
El uso de biodiésel, un éster metílico de ácido graso —FAME, por sus siglas en inglés— está más extendido. En Alemania, el biodiésel está estandarizado siguiendo la norma DIN EN 14214 y se elabora a partir de aceites vegetales, principalmente el aceite de colza. Hoy en día, se vende casi exclusivamente mezclado con diésel mineral, desde que el Gobierno federal alemán estableció por ley un porcentaje mínimo de biocombustibles mediante la Ley de cuotas de biocombustible. De acuerdo con la norma DIN EN 590, se puede añadir hasta un 7% vol. al diésel, que entonces recibe el nombre de combustible B7. Desde 2009, el B7 ha sido el combustible estándar de los vehículos con motor diésel en Alemania.
En los últimos años, el aceite vegetal hidrotratado (HVO) o hidrobiodiésel ha ido también adquiriendo importancia progresivamente. Los productos utilizados para elaborar HVO pueden ser cualquier aceite o grasa. A diferencia del FAME, el biocombustible HVO es un hidrocarburo, cuya composición química es casi idéntica a la del diésel. Las ventajas resultan obvias. Puede añadirse diésel en cualquier ratio de mezcla, siempre que se cumpla la norma DIN EN 590 de estándares del diésel. El biocombustible HVO es bastante mejor en términos de durabilidad.
Además de utilizarse como elemento para mezclar con el diésel, ya se han llevado a cabo los primeros ensayos para utilizarlo como combustible de aviación. Al igual que el biodiésel, su utilización como combustible puro no tiene sentido desde un punto de vista fiscal en Alemania.
El bioetanol, producido mediante la fermentación alcohólica y la posterior destilación de plantas ricas en almidón (especialmente los cereales, la remolacha, la caña de azúcar y el maíz), es otro combustible de primera generación. La calidad de este biocombustible está regulada por la norma DIN EN 15376. La gasolina que contiene etanol se comercializa como E5 y E10, denominaciones que indican el porcentaje de etanol contenido. En la actualidad, la mayoría de los vehículos pueden utilizar este combustible sin problemas. Los combustibles con un contenido más alto en etanol (E85 o incluso E100) también se comercializan, pero suele ser necesario realizar ajustes en el vehículo.
Entre los combustibles de segunda generación, que utilizan la totalidad de la planta o residuos orgánicos y materiales de desecho, se encuentra el biometano. El metano se produce en la fermentadora de una planta de biogás, mediante una reacción biótica en ausencia de aire. Puesto que el biogás en bruto solo contiene metano en una proporción aproximada del 60% vol., debe procesarse separándolo de los otros gases (principalmente dióxido de carbono, aunque también sulfuro de hidrógeno) Como metano puro principalmente, desde un punto de vista químico es igual al gas natural y, por tanto, puede servir de combustible para cualquier vehículo alimentado con gas natural (ver también Bio-GNC).
Los procesos más complejos son los que se realizan para obtener combustibles BtL (biomasa a líquido). La madera es una de las materias primas que pueden utilizarse. En una primera fase, la biomasa se convierte en gas de síntesis mediante la gasificación y después se licua mediante el proceso de Fischer-Tropsch. Los combustibles BtL aún no son competitivos en el mercado.
Lo mismo sucede con los combustibles obtenidos a partir de algas. Desde una perspectiva puramente técnica, estos biocombustibles no plantean ningún problema. En el transporte aéreo, donde el uso de energías renovables resulta complicado, ya se han llevado a cabo pruebas con éxito. Sin embargo, su uso a gran escala no es planteable a corto plazo por razones económicas.
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Última actualización: Diciembre 2015
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