Combustibles para generar calor o electricidad

Un combustible es un producto líquido, sólido o gaseoso que se utiliza para generar calor, en los sectores de generación de calor y electricidad, o movimiento, en el sector de la movilidad. En el sector de la generación de electricidad, los combustibles también son las fuentes de energía primaria. En este artículo del glosario, nos estamos refiriendo a los combustibles que se utilizan para generar calor o electricidad. Para ver una descripción de los combustibles para generar movimiento (combustibles para automoción), consulte el artículo correspondiente del glosario. 

Un combustible para generar calor o electricidad puede estar compuesto por uno o más elementos químicos. Los elementos químicos puros que se utilizan como combustibles incluyen el hidrógeno o algunos combustibles nucleares como el uranio y el plutonio. El gasóleo de calefacción, la madera y el carbón, por ejemplo, están compuestos por algunos elementos —normalmente carbono e hidrógeno— cuya energía almacenada se libera principalmente por combustión. 

Los combustibles se clasifican generalmente de la siguiente manera:

En función de su estado de agregación:
  • Sólidos (p. ej., madera, lignito, carbón bituminoso, etc., principalmente para generar energía eléctrica)
  • Líquidos (p. ej., gasóleo de calefacción, etanol, gas licuado de petróleo (GLP), como combustible para automoción en el sector de la movilidad, y como gasóleo de calefacción [segunda reserva más importante de energía en el mercado de la calefacción]). 
  • Gaseosos (p. ej., gas natural, una importante fuente de energía en el sector de la calefacción en Alemania)
En función de su sostenibilidad:
  • Combustibles fósiles (carbón, coque de petróleo, gasóleo de calefacción y gas natural)
  • Combustibles nucleares (uranio, plutonio)
  • Combustibles regenerativos, es decir, renovables, como biocombustibles (p.ej., madera, pellets de madera, briquetas de madera, aceites comestibles, biogás)

El contenido de energía de un combustible se mide por su poder calorífico (poder calorífico inferior) o poder calorífico bruto (poder calorífico superior). El poder calorífico superior corresponde a la energía que se desprende al producirse una combustión completa del combustible, con el consiguiente enfriamiento de los gases de combustión y la condensación de los vapores. El poder calorífico superior también incluye el uso del calor de la condensación. El poder calorífico (inferior), por el contrario, es la cantidad máxima utilizable de calor que se genera durante la combustión de un combustible, sin incluir el enfriamiento de los gases de combustión ni el calor de la condensación. Sin embargo, en combustibles que contienen hidrógeno no vinculado químicamente, ambos poderes caloríficos serían iguales.

Fuentes

Alemania, por ejemplo, como país pobre de recursos, tiene que importar la mayor parte de su combustible. Únicamente el lignito está disponible a escala nacional en cantidades suficientes. El carbón bituminoso se importa principalmente de Polonia y de Australia. El crudo proviene en su mayoría de Rusia, el mar del Norte (principalmente de los campos de producción offshore de Países Bajos y Reino Unido) y del norte de África, y el gas natural viene también de Rusia y del mar del Norte.

Los biocombustibles son una excepción. Alemania es rica en bosques, por lo que una gran parte de la demanda de combustibles derivados de la madera puede cubrirse con la producción nacional.

Impuestos

En Alemania, los combustibles están gravados según lo previsto en la Ley de impuestos sobre el consumo de energía. Los impuestos se calculan en función del volumen/peso o unidad de energía (MWh) del combustible correspondiente. Hay niveles impositivos reducidos para su uso como combustibles para calefacción, a diferencia del combustible de automoción. Según el Reglamento de impuestos sobre el consumo de energía (EnergieStV), el gasóleo de calefacción correctamente etiquetado debe contener varios colorantes: Amarillo Solvente 124 y marcadores rojos. El color rojo se utiliza para diferenciar visualmente el gasóleo de calefacción y el diésel, para prevenir el mal uso del primero como combustible de automoción (lo que se conoce como "dieselización"). 

En Alemania, se aplican los siguientes tipos impositivos a los combustibles en el mercado de la calefacción (última actualización: noviembre de 2015): 

Combustible Impuesto sobre el consumo de energía
Gasóleo para calefacción EL 61,35 euros/1.000 l
Gas natural 5,50 euros/MWh
GLP 60,60 euros/1.000 kg

Excepción: Los combustibles derivados de la madera, como pellets, leña, carbón vegetal, etc. no están gravados con el impuesto al consumo de energía.

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Última actualización: Diciembre 2015
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