Aditivos y colorantes de combustible
Los aditivos son agentes aditivos o sustancias activas solubles en petróleo que se añaden a los combustibles de propulsión, combustibles de calefacción y lubricantes con el objetivo de conseguir u optimizar ciertas propiedades o suprimir características no deseadas. Por ejemplo, los aditivos pueden alterar o mejorar, mediante acciones químicas o físicas, las propiedades de los combustibles, como la estabilidad a la oxidación, la calidad de ignición y la resistencia a la detonación; las características de los lubricantes, como sus propiedades de fricción las propiedades de los gasóleos de calefacción, como su estabilidad de almacenamiento/resistencia al envejecimiento (por ejemplo, los aditivos ERC).
En los combustibles de propulsión, estos aditivos también pueden prevenir la formación de depósitos en el motor, mantener limpio el sistema de alimentación del motor, reducir la emisión de contaminantes a través del gas de escape y prevenir la corrosión de las partes metálicas del sistema de combustible. Ciertos aditivos pueden incrementar el índice de cetano en los motores diésel, por ejemplo, y así aumentar también la calidad de ignición del diésel, mejorando la combustión del combustible en condiciones de frío. También puede reducirse el ruido de "repiqueteo" del motor.
Los aditivos para lubricantes —los lubricantes son una mezcla de aceites de base y aditivos— se utilizan principalmente para aceites lubricantes, refrigerantes y grasas. En los lubricantes, ciertos aditivos sirven para mejorar el comportamiento friccional, por ejemplo los aditivos antidesgaste, los aditivos de presión extrema, los modificadores de fricción y los optimizadores del índice de viscosidad (IV). Otras propiedades necesarias de los lubricantes se obtienen añadiendo antioxidantes, inhibidores de la corrosión y aditivos desespumantes/antiespuma, así como biocidas en lubricantes mezclables con agua, tensioactivos y emulsionantes, agentes humectantes y dispersantes y posiblemente también aditivos alcalinos para la neutralización de ácido en motores diésel marinos. En los lubricantes, la proporción de aditivos en el producto acabado suele ser de entre el 5% y el 30%.
Los aditivos de los combustibles de calefacción pueden mejorar el rendimiento de los sistemas de calefacción de gasóleo. Los optimizadores de combustión, estabilizadores de almacenaje y optimizadores de flujo (anticongelantes) pueden mejorar la eficacia de todo el sistema de calefacción desde el depósito hasta el quemador. Los aditivos también reducen las emisiones y permiten que el combustible pueda almacenarse de manera estable, especialmente cuando se almacena gasóleo de calefacción en tanques externos. Para ello, se utilizan aditivos especiales para el rendimiento del gasóleo de calefacción EL (extraligero) y aditivos de protección contra el frío, para garantizar el funcionamiento, el flujo y la resistencia a la congelación del gasóleo de calefacción.
Los aditivos no deben confundirse con los "colorantes de combustible" (marcadores) que se añaden a ciertos derivados del petróleo y desempeñan un papel importante. En Alemania y en otros países, se añaden colorantes a los combustibles por motivos legales, fiscales y de seguridad. Por ejemplo, el combustible para calefacción está sujeto a un tipo impositivo diferente que el combustible para vehículos. El gasóleo de calefacción y el diésel son bastante similares en muchos aspectos. Puesto que en Alemania el gasóleo de calefacción está sujeto a un tipo impositivo inferior al del diésel, su utilización como combustible para vehículos para evadir impuestos es una práctica ilegal. Para evitar la confusión, el gasóleo de calefacción (y el gasóleo de calefacción bajo en azufre) se marca con colorante para gasóleo de calefacción (HKZ, también denominado Euromarker), que está compuesto por un colorante rojo y una sustancia marcadora denominada Amarillo Solvente 124. El color rojo sirve para distinguir visualmente el gasóleo de calefacción del diésel. El uso de colorante Amarillo Solvente 124 permite detectar químicamente una mezcla de gasóleo de calefacción y diésel, ya que el colorante amarillo en el gasóleo de calefacción se vuelve rojo en fase acuosa ácida. Esta característica resulta muy útil para que los agentes de aduanas puedan efectuar pruebas rápidas, por ejemplo, en las áreas de servicio de las autopistas. La Sección 4 del reglamento alemán EnergieStV obliga al responsable de la operación de etiquetado a identificar de forma precisa el gasóleo de calefacción y a supervisarlo con regularidad. De hecho, todos los Estados miembros de la UE están obligados a añadir un marcador químico al gasóleo de calefacción.
Gasolina para aviación —avgas— también se marca por razones fiscales y de seguridad. Por ejemplo, avgas 80 se marca en rojo y avgas 100 en verde.
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Última actualización: Diciembre 2015
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